El Gato Cabreado está muy cabreado
Está es la última queja que desde nuestras páginas hemos mandado al Consorcio de Transportes de Madrid. ¡El Gato está en pié de guerra!. Si ellos no están dispuestos a que las cosas cambien, nosotros sí. No dejéis al Gato solo y sumaros a nuestra campaña.
El día 23 de febrero, el autobús de la línea 725, Madrid-Bustarviejo, de la empresa Herederos de Colmenarejo, se retrasó casi una hora y cuarto. Debería haber llegado a las 9.50 y lo hizo a las 11.00. Cuando los sufridos usuarios nos disponíamos a subir, después de una espera en Bustarviejo bajo la lluvia y el frío, el conductor nos dijo que teníamos que esperar hasta las 11.20, porque él había llegado a su hora y no podía salir antes. Ante nuestra indignación, se metió en el bar y volvió a salir a los cinco minutos. Nos dejó subir, y cual no sería nuestra sorpresa cuando, en lugar de enfilar hacia Madrid, se fue camino de Valdemanco, un pueblo que está a unos cinco kilómetros de Bustarviejo, pero en el sentido contrario, es decir, que en lugar de acercarnos a Madrid, nos alejó. Alegó el conductor que había que ir a recoger a los usuarios que estaban, como nosotros, esperando en la parada desde hace ya, hora y media. Total, que tras una larga espera cada vez estábamos más lejos de Madrid. Naturalmente, en ningún momento nos preguntó si esta serie de desaguisados eran o no de nuestro agrado. Cuando volvimos a pasar por Bustarviejo, nos cruzamos con otro autobús de la línea 725. Eran las 11.20, es decir: este autobús era el que realmente llegaba a su hora y no el que nos llevó a Valdemanco, que hizo tan absurdo recorrido, nadie sabe por qué. Al llegar a Miraflores, ya sí camino de Madrid, el conductor se detiene en una parada atestada de gente. Dice algo así como: “El autobús va directo a Madrid”. Las personas que se dirigían a Soto, Colmenar, Tres Cantos, etc., empiezan a bajar del autobús. Mientras lo hacen, ese otro coche de la línea 725 que se nos cruzó en Bustarviejo, pasa junto a nosotros sin parar y prácticamente vacío. Entonces, el conductor de nuestro autobús nos aclara, una vez que ha pasado dicho vehículo, que ese que vemos irse en la lejanía es el que va directo a Madrid, y que por lo tanto, lo hemos perdido. Los usuarios que se han bajado tienen que volver a subir, y a los que pensábamos que íbamos a ir directos a Madrid, se nos queda una cara de tontos monumental. Llegamos a Madrid a las 12.45. Estábamos en la parada de Bustarviejo a las 9.50. Tardamos cuatro horas en hacer un recorrido de 70 kilómetros, paseo forzoso a Valdemanco incluido. Este no es un hecho aislado. La empresa de los Herederos de Colmenarejo es nefasta en sus gestiones, su organización, su servicio y su respeto hacia los usuarios. Es imposible creer que una vez y otra pasen estas cosas y no haya ninguna manera de solucionarlas. Si el Consorcio no está dispuesto a tomar cartas en el asunto, nosotros sí. Vamos a mandar esta misma carta a todos los medios de comunicación posibles (periódicos, radios, televisiones, Internet...), y ponemos en conocimiento de dicho Consorcio, que los vecinos de Bustarviejo hemos empezado una campaña para solucionar lo que a dicho Consorcio parece no importarle lo más mínimo: que a sus usuarios les tome el pelo una compañía que representa a los transportes de Madrid. La imagen del Consorcio queda muy mal parada si sigue contando con compañías como la de Colmenarejo, dejando que haga lo que le da la gana, sin sufrir ningún tipo de sanción por sus constantes desmanes e irregularidades. Ya hemos comenzado a recoger firmas contra la línea 725. Si a Uds. les interesa de verdad saber lo que pasa en este pueblo con los autobuses del Consorcio, les invitamos a estas páginas: http://bustar-bus.blogspot.com/
